
“Las líneas que emergen del gesto Éramos son líneas que visibilizan esa imposibilidad de cerrar concepto; la imposibilidad de diferenciar cuerpo y espacio. Una línea que se presente como discontinua es una línea que es consciente de su propia naturaleza.”

Cuando queremos representar una casa, afilamos nuestros lápices y apasionadamente delineamos los límites de nuestro concepto de casa: donde termina la casa y empieza el resto [Rancière]. Esta forma de aprehender los cuerpos [humanos y no humanos], las formas y los espacios, responde a una lógica de propiedad, de pertenencia y de permanencia. Porque, seamos realistas: esas líneas que a las que nos aferramos con tanto anhelo no dejan de ser ficciones conceptuales que ningún sentido tienen en la realidad material, ¿o es que es posible pensar el tronco de un árbol con líneas? La línea es una creación humana deseante de apresar la experiencia: y para ello requiere excluir los volúmenes, los sonidos, las anécdotas, la rugosidad, el sudor y las pesadillas: en general, todo lo que no contribuye a la permanencia, a la continuidad temporal de las sociedades propietarias.


A la línea se le ha atribuido las mismas propiedades que a las letras y a la ley: la propiedad de sellar, de imprimir una virtualidad [un concepto, una idea] en la historia: esto es, de dejar de ser acción/atemporal para convertirse en hacedora de bienes ,sometidos a la línea de tiempo [de consumo, apropiables, conceptualizables, clasificables, etc] Sin embargo, se dice que una línea es una sucesión de puntos:
Y esto significa al menos dos cosas de manera simultánea: por una parte, que la línea no es algo en sí mismo sino un conjunto de algos; por otro, que entre algo y algo hay un vacío que los hace posibles.
La línea es, en este sentido, la prueba material de que el vacío no existe si no que forma parte de la configuración de los cuerpos, de las partículas que a su vez generan otros cuerpos, y así hasta el infinito. Para que la línea exista, el vacío es necesario. Pero un vacío que contenga, un vacío que sea cuerpo a la vez, ¿cómo podemos pensarlo?
Las líneas que emergen del gesto Éramos son líneas que visibilizan esa imposibilidad de cerrar concepto; la imposibilidad de diferenciar cuerpo y espacio. Una línea que se presente como discontinua es una línea que es consciente de su propia naturaleza.
Y la naturaleza está llena de agujeros.
Así, la manera en la que Berta utiliza la línea responde a una lógica nómade [Braidotti], leve y discontinua. No se alinea con agentes molares [Deleuze], sino que pasea, de manera intermitente, por los territorios, las trincheras de la revolución molecular: y lo hará, como no puede ser de otra manera mapeándolos, palpándolos: Partiendo así de la utilización de cuerpos-imagen derivados de nuestra experiencia visual cotidiana [esto es, el backstage de nuestro abecedario común], los/nos cogerá de la mano en una deriva situacionista de imaginarios subalternos. Nos adentramos con ella a través del espejo, a través de nuestro espejo, de nuestra(s) propia(s) imagen(es) como post cultura capitalista globalzada.
El lápiz Éramos es una máquina de discontinuidad, un hacedor de agujeros. En teoría de la comunicación, se dice que en el sistema red sólo hay dos opciones: ser nodo [conectado] o ser agujero [donde la conexión se cae]. La línea que dibuja este lápiz es una línea que conflictúa, que desvía este sentido a través precisamente de incluir los agujeros que hacen la separación conceptual entre cuerpo y espacio una separación imposible. Los agujeros, van a dejar de ser sinónimo de muerte, si no de huelga: parón creativo, puerta caótica a otras realidades inesperadas, silencio subterráneo, oscuridad que permite descentrar el sentido: el agujero es el lugar donde las revolucionarias moleculares nos encontramos para conspirar.
Andrea Corrales Devesa
Andrea Corrales Devesa (1988) es investigadora precaria y cuerpo escribiente. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha, Cursó el Máster en Investigación en prácticas artísticas y visuales por la UCLM-Cuenca y actualmente estudia el Programa de Estudios Independientes en el MACBA-Barcelona. Participa/ha participado en proyectos de vídeo, fotografía, street art o performance en el Estado Español, Francia, Dinamarca, Holanda, Alemania, Italia, Serbia, Lituania,Nueva Zelanda, Chile, México y Canadá.
Siempre a medio camino entre la práctica artística y la práctica política, vive y piensa alrededor de ciertos temas y perspectivas como son los feminismos queer, el anticapitalismo, las sexualidades disidentes, las políticas culturales, la filosofía política, la poesía, la solidaridad, el humor o el post-porno. Aunque actualmente está llevando a cabo su propia insurrección independentista, colabora activamente en la plataforma huelgadearte&wearenotvictims http://whatwhohow.wix.com/huelgadearte como investigadora y productora de mundos posibles.