
“Les sugiero que se crean ser un “colador”, capaces de filtrar los problemas pequeños de la vida y así restarles importancia.”
Las emociones están presentes cada segundo de nuestras vidas, ¿cómo no van a influir en nuestra salud?, así como las toneladas de alimentos que ingerimos (3 veces más de las que necesitamos en el mundo occidental), entre ellos tóxicos, tabaco, alcohol ,abuso de café, lácteos y azúcares, sedentarismo y la consecuente falta de oxigenación de la sangre, todo influye. Nunca es tarde para “mirarse al espejo” y admitir que tenemos mucho por hacer para mejorar nuestra salud, o bien no quejarse demasiado. Es verdad que también influyen el factor hereditario, ambiental y estilo de vida, de los cuales no somos tan culpables, pero esos solo son una parte de todo el cóctel de la vida, a veces, imbebible.
¿Se han parado alguna vez a pensar?. Lo digo seriamente. ¿A tomarse diez minutos al día, sentarse en su sillón más cómodo y analizar su situación?. ¿Se han parado alguna vez a pensar si el ritmo de vida que llevan es el que quieren y el que quieren seguir llevando durante toda la vida? Su vida le está transmitiendo emociones constantemente, ¿son las que usted desearía?. No del todo, ¿verdad?. Y con esto estoy descartando los problemas que vienen solos, como son tragedias y otras enfermedades graves, claro está, para que no malinterpreten mis palabras y evitar herir susceptibilidades.
Lo que quiero decir con todo esto es que en ocasiones nos complicamos nosotros mismos. Nuestra situación emocional influye directamente sobre nuestras constantes vitales; tensión arterial y frecuencia respiratoria entre otras, generando tensiones musculares y fijaciones viscerales. Nuestras emociones dependen a su vez en muchísimos casos mucho más de las decisiones que tomamos que de las circunstancias incontrolables que se asoman a nuestra vida cada día. Por eso, buscar la organización y el equilibrio cotidiano ayudará a influir positivamente sobre nuestra salud mental y física.
La secuencia y relación entre emociones y enfermedad podría ser perfectamente la siguiente: Emociones negativas – tensión muscular – sobre-estrés – hipertensión arterial – hiperventilaciones pulmonares – espasmo diafragmático – hipomovilidades viscerales – enfermedades. Este ejemplo de cadena lesional unido a una mala alimentación y falta de ejercicio (poca oxigenación de la sangre) desencadenará sin lugar a dudas en alguna alteración de nuestro organismo, ya sea síntoma, dolor o enfermedad.
En definitiva, les animo una vez más, a buscar su equilibrio personal. Les sugiero que se crean ser un “colador”, capaces de filtrar los problemas pequeños de la vida y así restarles importancia. A organizar sus rutinas, sus hábitos y paso a paso a cuidarse un poquito más cada día, sin prisa pero sin pausa. Seguro que han oído alguna vez la cita “Mente sana en cuerpo sano”, así que hagan todo lo que esté en sus manos para acostarse cada noche sabiendo que han dado un pasito más para conseguir su bienestar mental y físico De esta forma su salud se lo agradezca cada mañana al despertar.