
“El mérito de la gestión de Arnau Sala y del nuevo concepto de Pula reside en haber convertido un negocio familiar en una marca reconocida a nivel
mundial en el deporte del Golf”
Cuando uno habla con Arnau Sala, hijo del archiconocido Romeo Sala, se acuerda inevitablemente de su padre. Ambos guardan ese mismo rasgo de hombre llano pero ilustrado, que sabe como entrablar conversación con cuaquier persona venga de donde venga y empaparse de la conversación, “lo más importante despues de tener amigos, es cuidarlos y saber hacer más amigos” que decía Obama. Esa es una de las claves del éxito de ambos.
A finales de los 60, Romeo vio en Pula el Restaurante cumbre de los veranos mallorquines cuando nadie consiguió verlo más que él, ahora Arnau se lo ha currado y ha sabido llevar adelante una visión a partir del campo de golf. Entretejer esa corona de oro que si no se luchaba se perdía, hasta transformarla en un concepto de negocio que acoge tres dimensiones (Resort,Golf y Restaurante km.0) Y hacer del negocio una marca. La marca se vende sola -sí, tan cierto como una formula matématica- Pero eso significa trabajo duro y mucha responsabilidad. Conseguir que en Pula se celebren 6 ediciones del Torneo benéfico Olazábal-Nadal y 8 ediciones de un European Tour significa que los mejores golfistas del mundo y todo lo que llevan detrás (casa comerciales, marcas, prensa especializada y todo el mundo del golf) conozcan tu casa y se sientan feliz en ella. Ahí es donde entra la magia y el buen hacer de los Sala. Pero sobre sus espaldas han sabido depositar y mantener la gran responsabilidad de convertir su visión de Pula en un hermoso balcon de 18 hoyos donde ser contemplados por todo el mundo y elevar el negocio familiar en un marca. Ese es el mérito de Arnau Sala, de su trabajo y su visión como director general del Pula Golf. Y es que si nos acogemos a la terminologia del Golf podemos decir que Arnau ha conseguido alcanzar con estilo y práctica “darle Loft al palo”.
Manel I.Serrano Servera
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