
Psicologa general sanitaria colegiada B-1876
ceciliaperezsoutinyo@gmail.com
Tras dos meses de confinamiento las interacciones sociales han sido mínimas. Y en su mayoría a distancia. Por lo que lo que estos días puede que nos sintamos especialmente cansados,o sobrepasados con las nuevas interacciones.
La adaptación al medio es una de las claves en nuestra especie. Como humanos conseguimos adaptarnos a aquellas circunstancias que se nos presentan, pero requiere de tiempo. Salir e interactuar es una circunstancia a la que tenemos que acostumbrarnos. Las nuevas circunstancias pueden producir incertidumbre y miedo; una nueva realidad a la que nos enfrentamos, con unas “normas”, algunas de ellas confusas. Y con la presencia de riesgos que nos son amenazantes.
¿Cuál es el grado que diferencia tener un miedo normal y ajustado a la situación al de tener un problema?
La diferencia básica es la que condiciona la capacidad de actuar, es decir, no ser capaz de salir, o salir y que esto provoque síntomas psicológicos o físicos incapacitantes, en el sentido de que impide o dificulta seguir hacia una vida plena.
A este miedo incapacitante se le ha denominado el síndrome de la cabaña.
¿Cuáles serían los síntomas concretos?
· Alteración en los patrones de sueño (siestas excesivas,
letargo,…)
· Miedo a salir de casa; a retomar las rutinas y las relaciones sociales.
· Dificultad de concentración y falta de motivación.
· Cierta ansiedad, nerviosismo, síntomas depresivos y/o sensación de desasosiego.
· Falta de motivación, cansancio excesivo cuando no se ha realizado ninguna actividad extenuante.
¿Qué puedo hacer si me da miedo salir?
El miedo es una sensación que tiene la capacidad de hacerse mayor fácilmente. La manera de empezar a hacerlo pequeño, o de mantenerlo a raya es la de afrontarlo.
-Con los horarios permitidos, es importante aprovecharlos para salir, exponiéndose a este miedo. Hacerlo de manera gradual si es necesario, y procurar que dicha salida sea algo que nos genere bienestar. Aprovechar para sentir el aire, el sol en la piel, caminar, etc.
No hay porque ir a sitios en los que se congregue mucha gente. Se han podido ver imágenes en las que la concentración de gente ha sigo más de la deseada, en transportes públicos, en plazas, etc. Pero esto sucede en ciudades donde la población y el espacio disponible hace que la gente se congregue,voluntaria o involuntariamente. Por suerte, en Mallorca, en la mayoría de municipios, tenemos espacios y una población no demasiado numerosa, lo que nos permite poder salir y decidir uno mismo si quiere estar cerca de alguien o no (guardando el distanciamiento social recomendado).
Así la recomendación es la de salir y con ello generar una sensación agradable de dicha salida, una experiencia positiva con la que combatir las ideas temidas.
· Respetar las medidas de seguridad estipuladas para sentirse mas seguro; mascarilla, lavado de manos, distancia de seguridad, etc.
· Escucharse a uno mismo; ¿estoy tranquilo? ¿prefiero ir por donde no me cruzaré con nadie conocido? ¿O no me importa cruzarme con alguien y hablar con la distancia de seguridad? Ser consciente de como nos sentimos frente a la situación que estamos viviendo y actuar en consecuencia.
Procurando volver a la nueva normalidad paulatinamente, en la que se incluyan interacciones sociales. Empezar con algunas controladas, con quien se sienta uno tranquilo, y poco a poco ir ampliándolas.n
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