Un año más, Cala Bona se vistió de fiesta y la participación fue buena, Cala Bona tiene ese don, siempre vivo, de la transmisión de su propia historia, a través de las generaciones. Ves a los “Retolets” y por ellos sabes que si es verdad que existió su padre pescador, ves a Jaume Pejulí y evocas a su padre Jaume “Pejuli” y lo mismo sucede con “na Sista” hija de Joan “Racó” y observas como el hijo de Joan “Teret” lleva sobre su hombro parte del paso de la Virgen del Carmen y piensas, por un momento que aunque la vida no siga igual, flota por momentos ese otro mundo que era Cala Bona hace 60 años.
La transformación de Cala Bona ha sido asombrosa. Quien se acuerda de “sa peña d´enmig”? y de los viveros de langostas en la orilla del mar rodeado actualmente de tanto cemento? Somos pocos, pero lo vamos trasmitiendo a muchos.
En la actualidad, Cala Bona, centro turístico por excelencia, se yergue frente al mar como gran nave altiva, fuerte, próspera, ruidosa, llena de gente por todas partes, es el turismo de masas, y entre todos ellos, una vez al año, se reúnen todos los mallorquines y celebran con mucho sentimiento la fiesta a su patrona la Virgen del Carmen.
Las fiestas, organizadas por el Ayuntamiento con la inestimable ayuda de la Cofradía de pescadores, fueron bien, poco presupuesto económico, pero la regidora de fiestas Marga Vives, que vive la política, además de ser una buena encajadora, hace de la necesidad virtud y no escatima esfuerzos en que las cosas funcionen y a la vez sean divertidas e interesantes, con menos dinero.
Pero nada es perfecto, cuando llegué al Puerto de Cala Bona el día 16 festividad de la Patrona, la procesión marinera ya se había iniciado y Marga Vives estaba intentado relajarse del mal rato que paso, comiéndose una barrita de helado crocanti, el técnico de sonido, llegó una hora tarde, “por mucho que organices y te preocupes y estés al pié del cañón, siempre falla algo!”, no quisiera estar en el lugar del técnico!, en fin! todo quedó en una anécdota, porque la buena participación ciudadana y los actos, fueron óptimos.
Durante muchos años, iba yo, a la misa, hacía una fotos cuando la Virgen del Carmen entraba en la barca, para iniciar la procesión y no sé porqué, me iba a casa. Este año, fue distinto y me encantó llegar tarde porque pude ver la procesión con la banda de música local con la Virgen que regresaba a la casa de los pescadores, acompañada de autoridades, siendo portada por pescadores desde el puerto donde desembarcó hasta que la dejaron en el porche del edificio en el puerto, donde esperaba el público. De pronto, se apagaron las luces y se inició un festival pirotécnico maravilloso, vimos palmeras de luces doradas que volaban al cielo, cohetes de colorines y mucha emoción, seguidamente se inició el concierto de habaneras a cargo, del grupo “Gent des Pla” de Villafranca formado por personas mayores, demostrando una gallardía de voz muy sentida y hermosa que llegó a todos los corazones. Se iniciaron con la canción compuesta en el siglo XVIII cantando lo de “si a tu ventana llega una paloma…tratarla con cariño que es mi persona…” seguidamente, cantaron “Marinero de tierra adentro” donde se preguntaban si de verdad, durante la noche era el mar plateado como la luna… cultivar el sentimiento de la canción a través de las fiestas, es positivo y hermoso, sobre todo en tiempo de crisis…
Dos días antes, en la fiesta de la “fideuá”, pude saludar a muchos conocidos y sentir que todos estaban contentos, además la comida fue muy buena. Fiesta fiesta y fiesta. Me hicieron saber que en una semana, la tercera edad de Cala Millor hace una fiesta, que un hombre ha cultivado una calabaza enorme, que el 4 de agosto es la cena en pro de la asociación de ayuda contra el cáncer, que las fiestas de Cala Bona se acaban muy bien, pero que llegan las de Cala Millor…… me fui de Cala Bona muy contenta. ¡Viva Cala Bona!
Bel Metge
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